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Legislación/Jurisprudencia/Accidente InItinere

PLANEAMIENTO EDUCATIVO

Trabajo comparativo

Ing. Francisco Guerrero Castro

fco.guerrero@codetel.net.do


Planteamiento del CONES:

Planteamiento de la Universidad Católica Santo Domingo
Planteamiento de ORTEGA Y GASSET
Planteamiento de la UNESCO


Conclusiones:
Antes de entrar en un análisis comparativo debemos definir los planteamientos de Ortega y Gassett y los del CONES, UCSD y la UNESCO..

A. Planteamiento del CONES:

Entre los principios y fines que persigue el CONES en cuanto a la educación dominicana se refiere, son los artículos 5 y 6 de dicha ley quien lo define:

Formar personas críticas y democráticas, identificadas con los valores nacionales y de solidaridad internacional, capaces de participar eficazmente en las transformaciones sociales, económicas, culturales y políticas del país.
Realizar, impulsar y difundir la investigación científica, así como las formas más avanzadas y valiosas de creación en el campo de la Educación, la Ciencia, la Cultura, el Arte y la Tecnología.
Participar activamente en los esfuerzos por el desarrollo nacional integral, formando los técnicos, profesionales y científicos en las diversas áreas del conocimiento requeridos por el país, y asistir directamente a su población mediante actividades de extensión y servicios especializados.
Contribuir a la formación integral de ciudadanos y ciudadanas creativos, solidarios y responsables a través de su permanente relación con las creaciones literarias, científicas y de cultura universal.
Desarrollar en estudiantes y profesores, valores y actitudes que les permitan constituirse en agentes que promuevan el avance, el conocimiento y el mejoramiento de la calidad de vida; actuando como conciencia critica de la sociedad.
Contribuir a la actualización y superación permanentes de los técnicos, profesionales, científicos, y humanistas nacionales.
Servir de depositaria, defensora y difusora de los valores y de la cultura universal, y del patrimonio cultural de nuestra nación en particular.
La identidad y cultura nacional, como punto de partida para la universalidad del patrimonio cultural.
El respeto al ser humano, su dignidad y su libertad;
La libertad de discusión y el pluralismo ideológico, político y religioso;
El espíritu democrático, la justicia social y la solidaridad humana¡
El rigor científico en la búsqueda y construcción del conocimiento.
La creatividad, la criticidas, la integridad y la responsabilidad;
La igualdad de oportunidades en la realización de las actividades académicas.
La actitud de servicio a la sociedad como beneficiaria de las actividades académicas, científicas y culturales.
B. Planteamiento de la Universidad Católica Santo Domingo

Contribuir al incremento de la cultura superior y a una promoción más plena de la persona humana mediante la ardiente búsqueda de la verdad y su transmisión desinteresada a los jóvenes y a todos aquellos que aprenden a razonar con rigor, para obrar con rectitud y para servir mejor a la sociedad, de manera que lleguen a ser hombres y mujeres insignes por el saber, preparados para desempeñar funciones de responsabilidad en la sociedad y para testificar su fe ante el mundo.

Como forma de contribuir al desarrollo de la personalidad cristiana y al avance social, económico, cultural y político de la sociedad dominicana, la Universidad Católica Santo Domingo se propone alcanzar los siguientes objetivos:


Impulsar una formación académica, profesional y científica de alta proyección comunitaria acorde a la vocación y aptitudes personales de los miembros de la comunidad universitaria.


Promover, por todos los medios adecuados, el progreso de las ciencias, contribuir al perfeccionamiento de sus métodos, ampliar el ámbito de sus conocimientos, formar docentes competentes, multiplicar el número y la calidad de las vocaciones intelectuales y estimular la intensificación de la cultura bajo el signo y la unidad integradora de los valores evangélicos.


Formar profesionales católicos en las áreas requeridas para el desarrollo integral de la sociedad dominicana.


Desarrollar programas tendentes a la solución de los problemas sociales que afronta el país, ofreciendo a los estudiantes una formación social que los proyecte hacia las clases más necesitadas, con fines de mutuo conocimiento, servicio y promoción humana.


Elevar los niveles culturales de nuestra sociedad, enmarcándolos dentro de los principios cristianos.


Difundir los ideales cristianos de paz, de solidaridad, de progreso, de justicia social y de respeto a los derechos del hombre, a fin de contribuir a la formación de una conciencia colectiva sustentada en esos valores.


Contribuir al desarrollo de la identidad nacional.

La UCSD describe su filosofía institucional en sus principales documentos, a saber:


Marco Ideológico,


Estatuto Orgánico,


Constitución Apostólica del Sumo Pontífice Juan Pablo II sobre Universidades Católicas.

En el Marco Ideológico se afirma que: "...los documentos pastorales de la Iglesia (vaticano II, Medellín y Puebla), exhortan a sus fieles a la creación de centros de enseñanzas para el estudio de todas las ciencias a la luz de la fe y a proyectar el evangelio a la cultura de todos los pueblos...".

Plantea también, que la filosofía educativa de la universidad se basa "...en el principio del desarrollo integral de la persona humana según la fe católica..".

En el Estatuto Orgánico, se establecen los fines, objetivos y principios que sustentan la UCSD. De dichos estatutos son extraídos los fines, que en síntesis son:


Convertirse ... en una acción educadora, evangelizar la cultura, la ciencia, la vida social, económica, política y moral de la comunidad nacional.


Ser medio para reforzar la formación del pensamiento católico de religiosos, laicos comprometidos y profesionales.


Desarrollar actividades orientadas a incrementar la compresión, la solidaridad, la hermandad y la paz nacional e internacional.

Los objetivos de la universidad, que se orientan a concretizar los planteamientos contenidos en la filosofía de la UCSD, son los siguientes:


Formar profesionales católicos, en las áreas requeridas para el desarrollo de la sociedad dominicana.


Contribuir al desarrollo de nuestra identidad nacional.


Desarrollar programas tendentes a la solución de los problemas sociales que afronta el país.


Facilitar un proceso de aprendizaje a través de actividades que desarrollan la investigación, el análisis, la asimilación y la crítica.

Los principios de religiosidad, servicio, formación, apoliticidad, economía y mística que sustentan la filosofía institucional, están dirigidos a la formación católica de la población y a lograr la "... promoción de una cultura integral, que atienda el desenvolvimiento completo de la persona humana, dirigiéndose, de modo

desinteresado y genuino al bien de la sociedad".

En general, la creación de la UCSD se inserta en líneas específicas trazadas por la Iglesia Católica a través de sus documentos pastorales. Los principios que sostienen la filosofía institucional son coherentes con los fines y con sus objetivos. La misión, fines, objetivos y principios de la Universidad Católica Santo Domingo, son coherentes entre sí y, además, se enmarcan en el contenido filosófico de la Constitución Apostólica sobre las Universidades Católicas del Sumo Pontífice Juan Pablo II.

En conclusión se puede decir que hacen falta metas específicas definidas para lograr los objetivos que se desean y que los fines, metas y objetivos deben de detallarse de acuerdo a lo que se quiera como resultado final.

La mayoría de las veces los instrumentos reguladores como las leyes sustantivas constitucionales dominicanas y las del CONES son genéricas y no poseen un objetivo definido.

El CONES sugiere pero no determinar si las ejecutorias de las universidades e institutos de la educación superior favorecen la tendencia hacia el cumplimiento de las misiones y objetivos institucionales.

El CONES no determina el nivel de desarrollo institucional en relación con los criterios y parámetros establecidos por sus reglamentos y disposiciones y tampoco estimula la auto-evaluación institucional como un medio para la superación continua de las universidades e institutos de educación superior por lo que cada institución debe velar por el cumplimiento de las fines que se propone y sus objetivos a largo plazo.

C. Planteamiento de ORTEGA Y GASSET

Ortega y Gasset apuntó para la universidad la misión de otorgar una cultura que restituyera por la unidad vital a la cual se orienta, la integridad del hombre.

En efecto, para Ortega el hombre es él y su circunstancia, un aquí y ahora; por tanto, nada hay más importante que la aclaración de ese entorno en el que está determinado a vivir. Pero, ¿qué es ese contorno? Algo anterior al surgimiento de su "yo", de su cuerpo y de su alma; algo que inscribe el vivir en condiciones prefijadas. Compuesto tanto de sustancias materiales y concretas como de contenidos particulares del pensamiento que se confunden con la realidad misma. A lo primero le llamó "paisaje" y a lo segundo, "creencias". En cualquiera de los dos casos, se trataba de comprender que el hombre contaba con ellos —perspectiva— sin tener conciencia expresa de sus formas; como si ellos se encontraran latentes, precisamente porque no los pensaba.5 Al decir esto quería significar que al nacer, el hombre se hallaba ya determinado por las cosas y las creencias que socialmente se habían instaurado en su tiempo. De modo que todas las actuaciones que emprendiera estarían confinadas a contar con ese repertorio limitado y preciso de las cosas disponibles y los modos colectivos de pensarlas. Por eso las "creencias" constituían la base de la vida, el terreno donde ella se desenvolvía, esencialmente porque ellas ponían delante del hombre lo que para él era la realidad misma. En consecuencia, toda la conducta, incluso la intelectual, dependía de cómo se hubiera conformado ese sistema de creencias.

A ese sistema de creencias, desde el cual el hombre vive y que le constituye necesariamente, a ese repertorio de convicciones efectivas, Ortega lo llamó cultura. De ahí que hiciera de ella la misión ineludible y constitutiva para la educación universitaria. Mas no como posesión, sino como ejercicio, ocupación e indagación, pues entendía que una vida que no realizara ese esclarecimiento permanecería en un nivel inferior y separado de lo propiamente humano. ¿Y qué venía a significar con estos enunciados? Que la vida no se entregaba ya hecha, sino que se la debía ir realizando a cada paso, decidiendo qué hacer, interpretando la circunstancia —cultura— e intentando salvarse de su cerrado círculo. En eso consistía propiamente la vocación de cada hombre, en elegir y diseñar el plan que condujera su destino.

Ortega y Gasset, en su «Misión de la Universidad» de l930, tomaba distancia del modelo alemán para tratar de conciliar la idea de cultura con la formación profesional y una formación científica que consideraba fundamento del desarrollo disciplinario pero no el centro de la formación de la personalidad.

Treinta años mas tarde casi todos los países europeos y algunos latinoamericanos transitaban el pasaje de la universidad de élite a la universidad de masas. Esta situación diluirá lentamente las representaciones tradicionales vinculadas a la «misión o idea». La universidad de élite, restringida a una pequeña porción del grupo de edad, sostenía funciones más limitadas, generalmente vinculadas con la prestación de servicios al Estado, mientras que la universidad de masas comienza a diversificar los intereses incorporados, al mismo tiempo que se acrecientan las demandas por parte de la sociedad. La universidad de masas y el impacto que ha tenido sobre la lógica del sistema está fundamentalmente vinculado al incremento significativo de la demanda por educación superior, que es simultáneamente acompañado por fenómenos como el incremento del número de docentes e instituciones.

La consecuencia principal de este tipo de educación es la fragmentación de la persona. Ésta pierde la relación con la totalidad y no percibe la realidad como una unidad; cada aspecto de la vida se concibe aisladamente, sin una dirección, sin un destino que dé significado y unidad al conjunto. A este respecto, es más vigente que nunca el juicio de Ortega y Gasset, formulado hace ya setenta años, sobre la situación de la Universidad de entonces: "el profesionalismo y el especialismo, al no ser debidamente compensados, han roto en pedazos al hombre europeo, que por lo mismo está ausente de todos los puntos donde pretende y necesita estar. En el ingeniero está la ingeniería, que es sólo un trozo y una dimensión del hombre europeo; pero éste, que es un integrum, no se halla en su fragmento ingeniero. Y así en todos los demás casos".

Un aspecto fundamental de esta fragmentación es la disminución de la capacidad de juicio de la persona . El juicio es el que lleva el papel conductor en la vida. La capacidad de juicio es la que le permite al hombre captar cuál es el factor fundamental de la vida y, por lo tanto, tomar decisiones adecuadas. La educación de la capacidad de juicio es esencial para la construcción de la persona; sin capacidad de juicio no hay persona, se está a merced del poder, del tipo que sea. La capacidad de juicio se desarrolla usando la razón de manera que se tengan en cuenta todos los factores de la realidad y no reduciendo la mente a uno o varios de sus aspectos, p.e. el técnico-profesional. De hecho, el hombre que ha sido entrenado para pensar en un único tema nunca será buen juez ni siquiera en ese tema, mientras que la extensión de su círculo mental desarrollará de manera general su capacidad de decidir adecuadamente. Junto a la fragmentación personal, y como consecuencia de ella, se produce también una fragmentación social . La sociedad, para su construcción y cohesión, necesita alguna otra contribución de cada individuo, aparte de los deberes particulares de su profesión. Si la personalidad se ha educado según un interés particular y no según la totalidad, cada uno actuará como una multitud de piezas desconectadas, sin relación, que se desplazan y repelen unas a otras. Sin un interés por la totalidad, la sociedad se descompone, se fragmenta; la violencia y las guerras son su lógica consecuencia. De nuevo es sorprendente la vigente actualidad del juicio de Ortega y Gasset a este respecto: "cuando se asegura que Europa está hecha pedazos, se está diciendo mayor verdad que se presupone" ; no hay más que mirar los recientes acontecimientos ocurridos en Europa.

Así pues, la Universidad debe estar dedicada a sus estudiantes; todo lo que no tenga que ver con ellos, lo que no ayude de alguna manera a la tarea educativa, no es parte esencial de la Universidad. La investigación, tal y como, en la mayoría de los casos, es entendida y realizada hoy en la Universidad, no sirve, o lo hace escasamente, como elemento educativo. En palabras de Ortega y Gasset, "ha sido desastrosa la tendencia que ha llevado al predominio de la «investigación» en la Universidad" . Si la palabra investigación es escrita entre comillas es para indicar que se refiere a la forma en que se estaba haciendo ésta en su época. Son muy duras sus palabras a este respecto: "cualquier pelafustán que ha estado seis meses en un laboratorio o seminario alemán o norteamericano, cualquier sinsonte que ha hecho un descubrimientillo científico se repatría convertido en un «nuevo rico» de la ciencia, en un parvenu de la investigación; y sin pensar un cuarto de hora en la misión de la Universidad, propone las reformas más ridículas y pedantes. En cambio, es incapaz de enseñar su «asignatura» porque ni siquiera conoce íntegramente su disciplina".

 

 

D. Planteamiento de la UNESCO

Deberá transmitir, masiva y eficazmente, un volumen cada vez mayor de conocimientos teóricos y técnicos evolutivos, adaptados a la civilización cognoscitiva.

Deberá hallar y definir orientaciones que permitan no dejarse sumergir por las corrientes de informaciones que invaden los espacios públicos y privados.

Conservar el rumbo en proyectos de desarrollo individuales y colectivos.. La educación como experiencia global que dure toda la vida en los planos cognoscitivo y práctico.

Cambiar la visión instrumentalista con una nueva concepción más amplia que lleve a cada persona a descubrir, despertar e incrementar sus posibilidades creativas, que conlleve a la autorrealización al aprender a ser.

Que cada niño tenga acceso al razonamiento científico en que durante toda la vida se convierta en amigo de la ciencia, en los niveles de enseñanza posterior.

Deberá proporcionar a los alumnos los instrumentos, conceptos y modos de referencia del avance científico y de los paradigmas de la época.

CONCLUSIONES:

Hasta aquí nos hemos esforzado por "reconstruir" con la mayor lealtad posible la forma como Ortega, el CONES, la UCSD y la Unesco vieron y ven a la universidad y la posición en que se situaron frente a ella. Es hora de entrar por nuestra parte en el interior de sus pensamientos, intentando una confrontación que nos permita arribar a un nuevo esclarecimiento, de modo que desde allí sea posible realizar nuestro aporte para la reflexión pedagógica contemporánea.

Pero aquí se debe tener en cuenta que si esta operación intelectual se torna posible, ello obedece a que la idea de universidad propicia la búsqueda de un terreno común, en el cual se puede ingresar a pesar de las más variadas experiencias y creencias, sin que se deba renunciar al origen propio desde el cual se la interroga. Por eso las tres obras contienen un reclamo que exige una transformación radical de la universidad; en su "forma", naturalmente vinculada a las circunstancias, pero indicando una serie de reflexiones precisas, pues los autores se preocuparon por señalar que existía una esencia a conservar, sin la cual se traicionaría la identidad de la institución superior. Y aquello que ellos exigían, en lo cual sus voces se hacen una, representa la fuente donde se arraiga la idea de universidad: la misión de alcanzar un saber originario, dirigido al todo; la vindicación de una libertad y autonomía, imprescindibles para que dicho saber se desarrolle ilimitadamente; la capacidad incondicional de contribuir a la formación del hombre.

Los fines de la educación dominicana garantizan el derecho a la educación de los dominicanos por parte del Estado Dominicano, pero no definen claramente los instrumentos a utilizar para desarrollarla y lograr objetivos preestablecidos o fines. No define lo que debería ser una educación superior y el vehículo para llegar a ella. No posee metas definidas como no la posee la UNESCO y las restantes lo que nos hace mantenernos en continuos análisis.

Los fines del CONES quien es un elemento regulador dice que participa "activamente en los esfuerzos por el desarrollo nacional integral, formando los técnicos, profesionales y científicos en las diversas áreas del conocimiento requeridos por el país, y asistir directamente a su población mediante actividades de extensión y servicios especializados", coincidiendo con la UCSD y la filosofía de la UNESCO.

Los fines de la UNIVERSIDAD CATOLICA SANTO DOMINGO se enmarcan en la filosofía institucional de las universidades católicas, enunciando en la Constitución Apostólica...: "fin de las universidades es formar a todos los estudiantes de manera que lleguen a ser hombres insignes por el saber, preparados, para desempeñar funciones de responsabilidad en la sociedad y a testimoniar su fe ante el mundo". En cuanto a los FINES de la UCSD han de procurarse tanto por la investigación como por la docencia. La Universidad es lugar de vida intelectual, centro de estudios superiores, la investigación es esencial en ella; tanto la que en cierto sentido tiene su fin en sí misma como la que debe integrar la docencia. La docencia no es mera transmisión de conocimientos, sino la acción del maestro que, en posesión de cierto saber, coadyuva para que el alumno, mediante su propia actividad, llegue él también a poseerlo. La docencia deberá iniciar práctica y naturalmente al estudiante en esa forma de actividad intelectual. La Universidad Católica Santo Domingo debe pensarse como una unidad viva de organismos dedicados a la investigación de la verdad, de toda la verdad acerca de la naturaleza, del hombre y de Dios, con los métodos propios de cada disciplina académica, estableciendo después un diálogo entre las diversas disciplinas (interdisciplinariedad) para promover una síntesis superior del saber. Más aún: guiados por las aportaciones de la filosofía y de la teología, investigadores, docentes y estudiantes, se esforzarán constantemente en determinar el lugar correspondiente y el sentido de cada una de las diversas disciplinas en el marco de una visión de la persona humana y del mundo iluminada por el Evangelio. En su esfuerzo por ofrecer una respuesta a los complejos problemas que atañen a tantos aspectos de la vida humana y de la sociedad, la Universidad insistirá en la cooperación entre las diversas disciplinas académicas, las cuales ofrecen su propia contribución específica a la búsqueda de soluciones. El mejor medio para una excelente enseñanza es la investigación. La cultura debe orientarse a la íntegra perfección de la persona humana, al bien de la comunidad y de la sociedad entera. La cultura, por tener su origen inmediato en la índole racional y social del hombre, requiere constantemente una justa libertad para desarrollarse y una legítima facultad de obrar, según su derecho y sus propios principios.

Solo con leer ese párrafo nos damos cuenta que los FINES de la Universidad Católica Santo Domingo, UCSD, son más consistentes y no entran en contradicción con los de la UNESCO y el CONES, mucho menos con los de Ortega y Gasset los cuales eran estudios antropológicos. Ortega y Gasset, apuntó para la universidad la misión de otorgar una cultura que restituyera por la unidad vital a la cual se orienta, la integridad del hombre.

La UNESCO resume todo en las Necesidades y Finalidades educativas que se detallaron anteriormente y se concentran en:

NECESIDADES: Circulación y almacenamiento de información..

FINALIDADES: La educación..

Antes de concluir sería interesante determinar si han surgido avances en varias vertientes::

No estamos formando sujetos capaces de interactuar en sus ambientes naturales y sociales debido a la precariedad económica de la Nación.

Se fomenta a medias el desarrollo de seres humanos libres, reflexivos, críticos, autocríticos y dueños de sí mismos, capaces de producir, expresar y sistematizar respuestas imaginativas y, por lo tanto, de desarrollar sus propias creatividades, haciendo de éstas componentes importantes de sus interacciones cotidianas y de propuestas y proyectos de mayor trascendencia personal y social debido a nuestra composición política la cual está sujeta al clientelismo político en todos los niveles de la sociedad.

Se han logrado avances en promover el desarrollo de personas con una visión del mundo como totalidad, basada en la noción de interrelación en la unidad/diversidad de las formas de vida y de los ecosistemas, así como de los espacios geográficos, sociales, económicos, políticos y culturales gracias al NEOLIBERALISMO, pero no se analiza, o no se quiere analizar, los efectos económicos negativos que este sistema conlleva en sí y que perjudica nuestra composición social incluyendo la transmisión de la CULTURA en nuestros países pobres.

Se ha progresado en algo por lo que todos abogan y es en la formación de ciudadanos democráticos y participativos, TANTO ASI, tanto…. que permiten la imposición de un SISTEMA ECONOMICO que va en nuestro propio detrimento como lo es el NEOLIBERALISMO, enseñándonos que el norte debe ser preservar la PAZ SOCIAL mientras tenemos desequilibrios economicos perjudiciales para la NACION dada nuestra falta de competitividad. Por eso digo que hemos progresado en la formación de seres humanos para el ejercicio pleno de sus derechos y deberes, para la transformación social, basada en el respeto y la tolerancia por las diversidades físicas y espirituales de la humanidad, la justicia, la paz y una democracia creciente participativa, pero a veces debiera de llamarse mansedumbre.

Se ha fomentado a medias la conciencia patriótica, tanto personal como social, en torno a la identidad y la soberanía nacionales, a partir del fortalecimiento de lo autóctono y lo vernáculo; evitando todo fenómeno de exclusión y rescatando las raíces indígenas, hispánicas, negras y de otros orígenes, las manifestaciones mulatas y de todo tipo, en el contexto de la promoción y vigencia de la solidaridad, la justicia y la libertad, a través del desarrollo de la autoestima de los sujetos. A medias, como escribí anteriormente, porque nuestro nacionalismo se basa única y exclusivamente sobre lo haitiano lo que lo hace falta de autenticidad provocando que nunca pongamos atención a otros tipos de mancillación de la soberanía como lo es la USURA que se ejerce contra la República Dominicana por parte de las grandes naciones lo que provoca que nuestros mas mínimos recursos obtenidos por nuestra economía, que es de servicio, vayan a parar a cuentas extranjeras como pago de intereses de la deuda externa.

Todos coinciden en formar sujetos capaces de recuperar, reelaborar y producir conocimientos así como el de sujetos capaces de valorar el trabajo como medio para su desarrollo personal y social.

Se ha estancado la promoción de los conocimientos científicos, humanísticos, artísticos y tecnológicos a los procesos pedagógicos, lo que estanca su socialización, desde la perspectiva de facilitar su circulación, apropiación, recreación, y aplicación que pregona la UNESCO.

Se ha avanzado en su totalidad el desarrollo de una cultura del trabajo como elemento de expresión y liberación de los seres humanos y como acción social productiva, propiciando una formación integral que vincule las actividades intelectuales, manuales, motrices y artísticas en todas sus manifestaciones, permitiéndoles construir una actitud de valoración positiva hacia el trabajo y capacitándolos, en consecuencia, para transformarse a sí mismo y a su realidad, siempre y cuando tomando en consideración las limitaciones antes expuestas. Todos coinciden.

Se ha propiciado el desarrollo de la creatividad y de los talentos, pero existen zonas en el país a donde todavía no se implementa el descubrimiento y el desarrollo de las potencialidades humanas, el desarrollo multilateral armónico de todo el ser: de su inteligencia, su afectividad y motricidad.

No se incentivan procesos de comprensión, representación y razonamiento, que posibiliten el desarrollo intelectual para la investigación, el descubrimiento, la aprehensión y la recreación del conocimiento sobre la realidad, mediante la invención de múltiples oportunidades para recuperar en los procesos pedagógicos las manifestaciones espontáneas de los alumnos y de las alumnas, de los profesores y las profesoras debido a la precariedad de conocimientos para desarrollar las capacidades, habilidades y destrezas dentro del desarrollo científico y tecnológico, que necesitan para su desempeño en los diferentes medios de su actividad social: escuelas, familias, medio ambiente, participación política e interacción comunitaria y cultura.

Una de las metas de la educación es el desarrollo óptimo de las potencialidades del hombre, por lo tanto ésta debe fortalecer cada uno de los aspectos que forman al hombre para convertirlo en un ser autónomo y libre capaz de tomar sus propias decisiones; para el logro de éste óptimo desarrollo, la educación debe de tener unos lineamientos o fines que lo favorezcan teniendo en cuenta el medio sociocultural en el cual se desenvuelve y las necesidades y prioridades de la sociedad de la cual hace parte. Pero el hombre es libre cuando lo es económicamente también y el sistema que poseemos de subyugación económica no es el ideal para que se desarrollen en nuestra población ni siquiera en un nivel aceptable las metas educativas propuestas.

La finalidad de la educación es la liberación del hombre de las trabas y limitaciones de la ignorancia y la dependencia". La educación exige que el hombre sea sujeto activo y asuma por sí mismo las ideas y valores que más convengan a su formación como persona, pero durante el desarrollo de este trabajo he determinado que si no se es libre en lo económico no se puede ser libre de ninguna manera.

Toda práctica educativa, METAS, estará encaminada entonces, a desalinear al individuo y a buscar una liberación social. El dominicano de hoy con la educación institucional que reciba no está en condiciones de cumplir las funciones que le exige la sociedad, se debe educar al hombre para un mundo en constante cambio, logre adaptarse continuamente a las nuevas circunstancias que se le presentan lo que es difícil

Tarea fundamental es, tanto de las personas vinculadas en el sector educativo, padres de familia y sociedad en general fomentar y conocer dichos fines, para hacer de la educación no sólo un proceso de adquisición de conocimientos teóricos, sino, formadora de individuos íntegros forjadores de su propia realidad y transformadores del mundo.

Dentro de este desarrollo la comunicación actúa en la transmisión de conocimientos y como medio de socialización, convivencia y guía del alumno en la adquisición de ideas creativas, principios liberadores y habilidades comunicativas; de ésta forma los profesionales de la educación deben ser promotores de una mejor interacción comunicativa entre maestro - alumno - familia - sociedad, creando un ambiente en el que se hable el mismo lenguaje para obtener una respuesta positiva del educando hacia el aprendizaje y hacia una auténtica comunicación, pilar fundamental en todo proceso educativo.

Existen muchos puntos en común, sin embargo, a la hora de justificar las formas por las cuales arriban a esa finalidad, observamos que en ellos existen fundamentos y puntos de partida divergentes. ¿Qué es lo que varía? No cabe duda de ello, las diferencias se encuentran en sus concepciones respecto de lo que entienden que el hombre es y está llamado a ser.

Todos enfatizan la búsqueda de la verdad —todo— como finalidad para la universidad y también sustentan ese desideratum en la necesaria formación científica para sus miembros. Sin embargo, a la hora de fundar una conducción para la razón científica nace la divergencia.

En efecto, para Ortega el hombre es él y su circunstancia, un aquí y ahora; por tanto, nada hay más importante que la aclaración de ese entorno en el que está determinado a vivir. Pero, ¿qué es ese contorno? Algo anterior al surgimiento de su "yo", de su cuerpo y de su alma; algo que inscribe el vivir en condiciones prefijadas. Compuesto tanto de sustancias materiales y concretas como de contenidos particulares del pensamiento que se confunden con la realidad misma. A lo primero le llamó "paisaje" y a lo segundo, "creencias". En cualquiera de los dos casos, se trataba de comprender que el hombre contaba con ellos —perspectiva— sin tener conciencia expresa de sus formas; como si ellos se encontraran latentes, precisamente porque no los pensaba. Al decir esto quería significar que al nacer, el hombre se hallaba ya determinado por las cosas y las creencias que socialmente se habían instaurado en su tiempo. De modo que todas las actuaciones que emprendiera estarían confinadas a contar con ese repertorio limitado y preciso de las cosas disponibles y los modos colectivos de pensarlas. Por eso las "creencias" constituían la base de la vida, el terreno donde ella se desenvolvía, esencialmente porque ellas ponían delante del hombre lo que para él era la realidad misma. En consecuencia, toda la conducta, incluso la intelectual, dependía de cómo se hubiera conformado ese sistema de creencias.

A ese sistema de creencias, desde el cual el hombre vive y que le constituye necesariamente, a ese repertorio de convicciones efectivas, Ortega lo llamó cultura. De ahí que hiciera de ella la misión ineludible y constitutiva para la educación universitaria. Mas no como posesión, sino como ejercicio, ocupación e indagación, pues entendía que una vida que no realizara ese esclarecimiento permanecería en un nivel inferior y separado de lo propiamente humano. ¿Y qué venía a significar con estos enunciados? Que la vida no se entregaba ya hecha, sino que se la debía ir realizando a cada paso, decidiendo qué hacer, interpretando la circunstancia —cultura— e intentando salvarse de su cerrado círculo. En eso consistía propiamente la vocación de cada hombre, en elegir y diseñar el plan que condujera su destino.

Para nosotros no cabe ninguna duda. El pensamiento en torno a la universidad de nuestros días debe acertar a recomponer esa dimensión de la que pareciera no poder dar testimonio. Esto no significa formar un mundo aparte e ideal, del cual el mundo real no forma parte, sino integrar la reflexión a la praxis, de modo que ella sea la crítica que sostenga y afirme la actuación del hombre. Pero como todo pensar es histórico, la fuente privilegiada para su realización deberá buscarse en la idea de mundo y de hombre que en nuestro tiempo es dado concebir, con lo cual nos situamos, nuevamente, ante la finalidad que nuestros autores dieron a la universidad.

Esto revela que el estudiante debe romper la inercia de sus creencias, la cultura heredada y no pensada, dejar de adherirse fácilmente a las respuestas creadas y acumuladas por las generaciones precedentes hasta hallar el uso constante de su pensar, es decir, el concretísimo acto de la averiguación y el esclarecimiento.

El CONES, la UCSD y la UNESCO conciben la universidad como una organización de producción del conocimiento. Lo que implica que las mayores y mejores energías deben dirigirse a tal objetivo. Lo demás debe ser instrumental.

Para mal o para bien debido a los planteamientos hechos somos conscientes de que la universidad es una organización compleja y enormemente diversificada, donde por sus propias características o por sus propios sistemas de funcionamiento:

Prima la individualidad
Tiene grandes problemas de coordinación
Tiene problemas de discrecionalidad
Tiene una elevada autonomía decisoria
Tiene una fuerte vinculación al personal administrativo
Por lo tanto, como organización que busca la excelencia (=la mejora continua) nos debemos dotar de una serie de instrumentos (normas, informática, estructuras, etc.) que:
Facilite la coordinación
Simplifique la toma de decisiones
Facilite las comunicaciones
Aumente el compromiso de los miembros universitarios
Use la cultura organizativa como mecanismo de control.
Porque sin cultura organizativa caeríamos en:
La inercia
La falta de creatividad
La visión deformada de la realidad
La expulsión de "lo diferente"
La visión del CONES debe fomentar la dirección participativa y colegiada, pues la universidad está formada por personas y son éstas las que comprueban la bondad de los sistemas, puesto que son las encargadas de implantarlos.

Deben buscarse instrumentos que favorezcan la cohesión interna y actúen como herramienta integradora de voluntades para avanzar conjuntamente en una misma dirección.

Todos quieren evitar riesgos y maximizar resultados, de eso se trata, pero deben plantear estrategias y objetivos simples, claros, alcanzables y medibles.

La determinación de objetivos y la implementación de estrategias constituyen la etapa clave de todo el proceso de planificación de los planteamientos del CONES, UCSD y la UNESCO. En primera instancia, unos objetivos institucionales concretos, que en esta etapa normalmente son de carácter cualitativo, así como las líneas estratégicas generales para toda la universidad, de acuerdo con las misiones declaradas.

Los planteamientos no son cuantificables para poder medir su grado de cumplimiento, y traducidos a acciones estratégicas que conduzcan a su consecución. Los indicadores por los que serán evaluados deben especificarse y darse a conocer.
Las diversas unidades académicas y administrativas deben actuar coordinadamente y establecer una relación de interdependencia y colaboración más que de agregación, para lograr un ajuste mutuo que, a su vez, sea coherente con los objetivos institucionales de la universidad.